Capítulo VII (B) / Inicio de una nueva etapa de prosperidad

Poco a poco fueron introduciéndose nuevos cultivos y plantaciones, entre ellos cabe destacar el de la lechuga iceberg, producto que en la actualidad es el que mayor superficie ocupa en los campos aguileños, con 3.137 Has en 2021, lo que representa casi el 10% del total de toda España.

Pues bien, sepamos que el germen de donde partió esa realidad cuantiosa fue Águilas, allá por finales de los 70. La razón de por qué se inició el cultivo aquí y no en otras zonas de mejor tierra y agua es curiosa y merece la pena contarla: en esa época, en plena Guerra Fría, las bases americanas en Europa, principalmente en Alemania, contaban con sus propios supermercados donde podían encontrarse los mismos artículos que en cualquier tienda de su país.

Entre esos productos estaba la lechuga iceberg, que, al no conocerse en Europa, era traída por avión desde California, donde se venía cultivando desde hacía muchos años. Pero esto suponía un coste muy elevado. Los mandos americanos, instaron a sus suministradores españoles de otros productos a que cultivasen esa variedad, para obtenerlas más frescas y baratas.

Algunas firmas hicieron intentos sin mucho acierto en el delta del Ebro, y en Sevilla, pero fue una firma valenciana afincada en Águilas la que apostó fuerte por esa nueva línea, enviando durante un tiempo a California, a finales de los años 70, a un grupo de sus técnicos (entre los que se encontraba el autor del presente trabajo), y así, con los conocimientos adquiridos sobre el terreno, se realizó en Águilas una pequeña plantación de 80.000 piezas que dio la calidad y tamaño buscado, por lo que al año siguiente se aumentó el cultivo, y después, se realizaron ensayos en Campo de Cartagena, que contaba con la ventaja de mejor tierra y con la mejor agua del Trasvase. Sin embargo, el tesón de los responsables del cultivo en Águilas hizo compatibilizar ambas zonas de producción casi en exclusividad durante años, hasta que poco a poco se fue extendiendo en zonas periféricas hasta llegar a unas 16.000 ha en la región de Murcia.

El abaratamiento de su coste fomentó el consumo, dejando de ser la lechuga Iceberg un producto de élite, para pasar a ser asequible a todos los bolsillos, lo que representó una revolución en los mercados europeos, que varió las preferencias de los consumidores.

Segunda aportación de la agricultura aguileña a la innovación agrícola, con determinante influencia en el desarrollo de la economía local, y en el hábito de consumo de millones de europeos.

Algo parecido ocurrió con la llamada “lechuga Baby”, aunque esta vez fue a instancia de las cadenas de supermercado inglesas, que la denominaban “Little Gem”, pues solo disponían de ella en verano, pero necesitaban cubrir el invierno. En Águilas se realizaron ensayos que dieron excelente resultados, y desde aquí se inició su cultivo y expansión hace más de 30 años.

Muchos de nuestros paisanos desconocen que también aquí se iniciaron otros artículos menos generalizados que igualmente poseen su parcela en el panel del negocio agrícola, y que también dice mucho del espíritu innovador y avanzado de la agricultura aguileña.

Por ejemplo: el apio, que, aunque casi desconocido y poco consumido por estos pagos, es muy apreciado en otros mercados europeos, y que fue también en la finca Las Molinetas, aunque muchos años después que la primera plantación de tomate, donde se hicieron las primeras pruebas. Poco a poco fue adquiriendo importancia, y ahora son cerca de 2.000 Ha de producción total en España, con todo lo que conlleva un negocio de esas cifras, y aunque ahora se cultive poco en nuestro pueblo, es fuente de riqueza para otras zonas y tuvo aquí sus orígenes.

Las sandías sin pepitas, esas que ahora están tan de actualidad, se ensayaron en Águilas hace ya muchos años, tratando de seguir el modelo de consumo americano con el mismo fin que la lechuga iceberg.

También se investigó, y consiguió, el cultivo de uva de mesa sin semilla, las llamadas apirenas, sobre todo las variedades “Superior” y “Thompson Seedless”. Diversos avatares, y los entresijos comerciales hicieron que años después este cultivo se desarrollara en otras comarcas, principalmente en la Región de Murcia, desde donde ya se exportaron la pasada campaña más de 180.000 tn, pero debe ser sabido que las investigaciones iniciales y los primeros cultivos con éxito de este tipo de uva se realizaron en el campo aguileño en los años 80.

En toda España se cultivan más de 2.500 Ha de tomate “cherry”, pero fue en Águilas, concretamente en la finca “Aníbal”, situada por encima del polideportivo, donde se desarrollaron los primero ensayos y plantaciones en nuestro país.

Algo que hoy en día se ve con absoluta normalidad, pero que en su momento representó todo un atrevimiento, fue tomar la decisión de plantar cítricos en unos campos áridos, secos, pedregosos como los de Águilas. Pero de nuevo surgió el espíritu aventurero y osado de algunos, y empezaron a verse plantaciones que dieron precocidad a la producción tradicional y permitieron abrir los mercados semanas antes de lo que venía siendo habitual. Ya son cerca de 600 las Has que se aquí se cultivan.

Numerosas pruebas más se llevaron a cabo, tales como el desarrollo de nuevas variedades de melocotón, nísperos, aguacates, nectarinas, uvas con semillas, uvas sin semillas, maíz dulce, calabacines, claveles, flores varias, y un largo etc. Unos ensayos fueron bien y sirvieron para desarrollar los campos de Águilas, y posterior proyección a otras zonas, y otros ensayos no fueron tan bien, pero lo que se trata aquí es de evidenciar cómo el espíritu creador de los agricultores aguileños ha estado siempre marcado por la inquietud innovadora y ha hecho de la investigación una de sus manifestaciones, con reflejo directo en la cadena alimentaria de toda Europa. Además, en Águilas se cuenta, con colaboración de la Consejería de Agricultura, ayuntamiento, asociaciones agrarias y varias firmas de la localidad, con una finca experimental pionera en investigación de métodos y variedades, con espectaculares resultados.

Todo ello ha tenido una influencia decisiva en la economía, surgimiento de empresas, creación de puestos de trabajo, aumento de la población, etc. que ha hecho que la agricultura se convirtiera desde mediados del siglo XX en uno, si no el mayor, de los principales y más seguros motores del desarrollo de Águilas.

El insigne autor aguileño Felipe Palacios, en su libro “Desde un rincón del alma “(1987), incluye el poema “Campos de Águilas” en el que refleja con total acierto la evolución que la agricultura aguileña tuvo en los años cincuenta del siglo pasado. Estas son algunas de las estrofas de dicho poema:

En torno de los cincuenta,

un hecho muy halagüeño,

produjo un cambio importante,

en nuestros campos resecos.

Se intensificó el cultivo

del tomate, en gran intento,

aflorándose las aguas

mediante obras de sondeo

y se trajeron caudales

procedentes de otros pueblos,

la superficie en cultivo,

sin prisa, se ha ido extendido,

abriendo nuevos caminos

a la riqueza del pueblo.

 

A firmas alicantinas

y valencianas a un tiempo,

siguieron las aguileñas

en estos afanes nuevos.

las cifras de exportación

rápidamente ascendieron.

(…)

El tomate es cultivo-rey

con tales métodos nuevos,

y para exportación

también le acompañan éstos:

calabacines, pepinos,

judías verdes, pimientos.

Y, sin utilizar plásticos

otras especies tenemos:

lechugas, melones, apios;

en fin, un muestrario extenso.

(…)

Todas estas circunstancias

grandes cambios produjeron:

alza de la economía

y del gremio jornalero

tanto en su nivel de vida

 como en las cotas de empleo.

(…)

¡Ay, mis campos ideales!

¡ay, mis campos aguileños!

 


AUTOR: Vicente Sicilia Tárraga