Aunque poco o casi nada se ha escrito nunca sobre ello, la agricultura ha tenido siempre una influencia muy directa en el desarrollo de Águilas. Dar salida por mar a los productos agrícolas, fue la razón para que aquí se proyectara y fundase una población que con el paso del tiempo se ha convertido en la dinámica ciudad actual.
Sin embargo, precisamente porque se ha hablado y escrito poco sobre ello, y porque tampoco suele ser tema que con frecuencia se trate en tertulias de las denominadas culturales, muchos aguileños ignoran esta realidad, y la muestra está en que, por lo general, cuando se habla del pasado económico de nuestro pueblo, se suele hacer referencia la minería, las fundiciones, el ferrocarril, los “ingleses”, el tráfico de barcos extranjeros, la pesca, y muy pocas veces se referencia la agricultura como la importante fuente de sustento y desarrollo que ha sido a lo largo de la historia de nuestra población, y de su papel destacado en la economía actual.
En el presente trabajo se pretende evidenciar esa importancia que la agricultura ha tenido, y rendir así un reconocimiento, quizás por primera vez, a las personas, empresas y organismos que lo han hecho posible, para lo que se hace una descripción de los diferentes vaivenes de la agricultura aguileña, y su incidencia social y económica en la población.
Los ocho capítulos que componen el trabajo se irán publicando semanalmente en este medio de comunicación. Los primeros contienen apuntes sobre cómo se supone surgió la agricultura en la prehistoria, su perfeccionamiento y expansión por todo el mundo, hasta llegar a mediados del siglo XVIII, que es cuando se funda la ciudad de Águilas, para, en los siguientes capítulos, profundizar en las razones que motivaron ese hecho y la influencia que ha tenido la agricultura en el desarrollo histórico de nuestro pueblo hasta nuestros días, y como se intuye continuará teniendo en el futuro.
Todo ello con el ánimo de aportar algunos conocimientos a quienes leyeren este trabajo, que le ayuden a tomar conocimiento de lo que la agricultura ha representado, representa y se atisba continuará representado, para nuestro pueblo.
Gloria al Hombre que labra la tierra
gloria al hombre que entrega su afán
a los frutos que múltiple encierra
convertidos en miel, leche y pan.
Con esfuerzo tenaz el labriego
logra siempre su anhelo alcanzar
nadie apaga su bíblico fuego
nada altera la paz de su hogar.
Dios bendiga la mano que al agro
le consagra su pulso vital
que a los surcos se advierte el milagro
que transforma en promesa el erial.
(Del “Himno a la Agricultura”, de Ana Mercedes Asuaje de Rugeles)
AUTOR: Vicente Sicilia Tárraga