´´Pacta sunt servanda´´

El miércoles por la tarde PSOE, Unidas Podemos y Bildu pactaron derogar íntegramente la reforma laboral del PP; a medianoche el PSOE anunció de manera unilateral que no, que no la iban a derogar íntegramente a pesar de lo que acababan de pactar.

Pienso que a Sánchez le molesta transigir. Habría sido un presidente típico del bipartidismo y las mayorías absolutas: tengo 176 escaños así que mi voluntad es ley. En cambio necesita negociar votos a cada paso que da.

Eso sería muy positivo con una persona menos autoritaria, pero por desgracia no es el caso. Sánchez llegó al poder dentro de su partido enfrentándose a quienes le hicieron la cama, una vez arriba emprendió una purga que le dejó sin oposición interna, y ahora piensa que puede hacer lo mismo al frente del Gobierno sin darse cuenta de que los españoles y españolas no le han dado una mayoría absoluta para ello. Por cada puñetazo presidencial que da en la mesa recibe una docena de telefonazos que le recuerdan que necesita otros votos para gobernar. Iglesias, Arrimadas, Rufián, Bildu, PNV... Y no escarmienta.

Veréis; yo ya era rojo muchísimo antes del entierro de Anguita; llevo toda la vida sabiendo que el PSOE en el fondo no está a gusto con las posiciones demasiado a la izquierda. Recordemos 1979, el órdago de Felipe González exigiendo que el programa de su partido eliminase las referencias al marxismo; recordemos la no salida de la OTAN, las reformas laborales... pensemos en Zapatero apoyando la reforma exprés de la Constitución por mandato de la Merkel... pensemos, por no irnos tan lejos, en que el año pasado Sánchez le exigió a Unidas Podemos que dejase fuera a su candidato, a Pablo Iglesias, si querían gobernar en coalición. Si mañana al PSOE le cuadrasen bien las cuentas con una formación de centro, el Gobierno de coalición se iba a ir al garete en cero coma.

A los trabajadores y trabajadoras nos está salvando que Sánchez e Iglesias son dos machos alfa con ganas de gobernar. Porque al otro lado, en la otra trinchera, tenemos a un PP que hace oposición destructiva, que en una situación tan de vida o muerte como la pandemia se ha permitido el lujo de desestabilizar, de mentir, de tratar de destruir el estado de alarma, que saliéramos todos a la calle a contagiarnos, a morir en masa, porque así le podrían echar esos muertos en cara al Gobierno de izquierdas, a ver si de esa manera lo hacen caer, entran ellos y siguen privatizando, recortando y haciendo negocio. Un PP que ya se pelea de manera descarada con Vox por ver quién pesca a más obreros resentidos, a más fascistas.

De manera que nos encontramos entre la ultraderecha privatizadora, racista y homófoba, que es la que está imponiendo su agenda a la derecha moderada, y las tensiones entre la izquierda y el centroizquierda, con un presidente que no asume su debilidad. Con el egoísmo independentista ejerciendo de mosca naricera –por decirlo de esa manera–, siempre amagando con poner vallas para separar su territorio presuntamente rico y puro de los demás.

Volviendo a lo de ayer, y si hacemos abstracción del contenido: no es serio que derogues una legislación laboral sin consultar con los agentes sociales, sin un proceso largo de negociación... sin el pragmatismo de ver antes si de verdad te lo puedes permitir. Y desde luego intentar trágalas de medianoche, no. En una situación de crisis y recesión gravísimas como estamos viviendo, lo que menos falta hace es asustar a los posibles inversores. ¿Voy a abrir una empresa en España cuando a las 6 de la tarde derogan una legislación laboral y a las 11 de la noche acaban con lo pactado?

En resumidas cuentas, buena papeleta nos está quedando. Un PSOE que quiere seguir sus propios intereses, ahora contigo, ahora sin ti, sin ver que no se lo puede permitir... o un PP que se ha dejado mediatizar por Vox. Con nuestros contratos de trabajo, nuestras garantías como empresarios o autónomos y, sobre todo, con nuestras vidas de por medio.

Y me vais a permitís una posdata: que se den de palos entre ellos. Pensemos en la situación de vida o muerte a la que nos estamos enfrentando, sin paliativos. Que las pullas porque yo paso a la Fase 1, tú me dejas en la Fase 0, estás reprimiendo mis derechos... no nos distraigan de lo esencial: si pillas el covid-19, te puedes morir asfixiado en una cama de hospital, sin remedio ni vacuna, habiendo contagiado además a varias decenas de personas y al personal sanitario que se está jugando el pellejo por ti. Así que no les hagas caso. Si no te proteges tú, nadie te va a proteger. Mascarilla, distancia y sentido común; lo que parece que les falta a los políticos.

 

Antonio M. Beltrán

@morigerante


AUTOR: Antonio Marcelo Beltrán