Retazos de Águilas en la prensa de 1885

Comentario sobre un artículo del periódico LA PAZ de Murcia fechado  el 17 de noviembre de 1885.    Luis Díaz Martínez-  Cronista Oficial de Águilas y miembro de la Asociación de cronistas oficiales de la región de Murcia y del Reino de España.

Ayer  recibí  un correo de mi amigo y colega Luis Lisón Hernández, Secretario general de la Asociación de cronistas oficiales de España y cronista de Alguazas y de Campos del Río, adjuntando el reportaje que vamos a comentar. Tanto me llamó la atención y comprendí el significado  del contenido de este artículo referente a la vida cotidiana de nuestro pueblo de aquellas calendas hace ya ciento veintiocho años, que he creído conveniente de publicarlo para conocimiento de los coetáneos que estamos viviendo en  la segunda década del siglo XXI.

En primer lugar nos damos cuenta una vez leído la comunicación del corresponsal del diario LA PAZ  en Águilas con las siglas A.B. que en ese año 1885 faltaba muy poco para finalizar las obras del puerto después de casi seis años de intensas y molestas obras que atormentaban a los vecinos del Puerto Poniente y calles adyacentes, sobre todo en  la antigua calle Triana, hoy Severo Montalvo. SE convirtió en plenas obras en una trinchera donde pasaban las vagonetas  tiradas por acémilas cargadas de las pesadas piedras procedentes de la voladura de la cantera del monte del castillo. Este corte de nuestro entrañable cabezo lo mutiló de tal manera que se comió más de doscientos metros de su ladera final de la parte de poniente. Ya en ese año 1885 estaba en su lugar el Peñón del Rocaor  desprendido de su estado natural por la acción de los barrenos unos dos años antes . Menos mal que la ingente mole pétrea cayó de pié y no se lo tragó las profundidades del mar. Antes de la explosión echaron un bando para que los vecinos desalojaran sus viviendas en previsión de posibles daños previniendo los capataces la fuerte conflagración que iba a suponer la acción de la mecha encendida de los barrenos. Por testimonio de mis antepasados me consta que el acto de los explosivos fue tal que parecía un terremoto de grandes dimensiones  cuando el peñón se desgajó del monte y la tierra tembló ante su derrumbe.

Lo primero que leemos del citado reportaje , como vamos a ver, es que Águilas se vio  libre de la epidemia del cólera morbo que asoló a toda la provincia  costando 2,303 muertos solo en la capital de Murcia . Con tal motivo el pueblo agradecido a su Virgen de los Dolores le rindió homenaje de gratitud con las fiestas que vamos a mostrar. En ese tiempo se habían cumplido los treinta años de la proclamación del patronazgo de la Dolorosa como Madre y Protectora del pueblo aguileño.

En este artículo podemos ver la expectativa de los vecinos al contemplar las obras del ferrocarril inglés que terminarían en la primavera de 1890.

En cuanto a la pesca el reportaje no puede ser más ilustrativo.  Con facilidad podemos imaginar la escena si nos situamos mentalmente en las inmediaciones de la confluencia de las calles Francisco Rabal y Cassola ( en aquel tiempo calles de los Pescadores), La gran pesquera de sardinas  era trasportada en grandes canastos de mimbre en la misma playa porque no se había construido la Pescadería que fue en el año 1920. En la misma arena de la playa se vendían por los remitentes encargados de su transporte en burro. Una parte de las sardinas iba a parar a la empresa familiar de Francisco Mula Soto e Hijos , concesionarios de todos los productos del mar antes de fundarse el Pósito de Pescadores en la década de los años veinte

del siglo pasado. El periodista al no conocer el nombre de la  pesca de la Barca, escribe que   “a doscientos metros  se ve la pesca de arrastre”.

Mezclando  el tiempo de la escena anterior que era en plena noche  con la hora diurna que se desarrollaba durante el día “ hasta las casas de la colonia lorquina”. Es tal la emoción  que produce la escena desarrollada en este trabajo periodístico que estoy decidido a incluirlo en mis futuros apuntes histórico sobre la pesquería en Águilas.

Vamos a transcribir  literalmente lo que escribe A.B. corresponsal en Águilas del diario LA PAZ  de Murcia en el citado año 1885;                Sr. Director de LA PAZ 

            Mi estimado amigo y compañero: Próximo  a abandonar estas hospitalarias playas donde gracias a la Divina Providencia, y al interés de los aguileños,  no ha podido penetrar el terrible monstruo del Ganjes , creo  conveniente de dar a usted cuanta  en una breve  revista de cuanto por aquí ocurre rompiendo el silencio que he guardado durante dos meses por falta de asuntos de interés que referirlo.

Si todos los pueblos han celebrado la retirada del cólera , con mayor motivo deben de hacerlo los que han tenido la dicha de no recibir su visita. Águilas que ha disfrutado de muy buena salud  desea cumplir con esta obligación . Y al efecto en la mañana del domingo 22 de los corrientes se va a celebrar un solemne Tedeum y por la tarde correrá las calles una procesión llevando en andas a su augusta patrona Nuestra Señora de los Dolores . También se quemará en la gran plaza de la iglesia un castillo de fuegos artificiales , y los aficionados , dirigidos por los inteligentes profesores señores Cerdán y Cabrera , podrán en escena una comedia y una zarzuela cuyos productos se repartirán en bonos a los pobres vergonzantes..

La población está muy animada con motivo de los trabajos de la línea férrea que comenzarán en breve, pues todos saben que cuando estén  terminadas las vías que han de cruzarse por Lorca a Granada , Calasparra y Murcia , la hoy villa de Águilas superará en comercio a Cartagena y llegará a ser en poco tiempo una de las ciudades más importantes del litoral.

Ya ha comenzado la pesca de la sardina habiendo venido a tomar parte con estos pescadores muchos de Mazarrón y Garruch , ofreciendo por las noches el puerto de Poniente un espectáculo hermoso cuando regresan los barcos . A la luz de multitud de hachas de viento, una gran muchedumbre entre compradores , marineros y curiosos, se agolpa  a la orilla del agua para ver la pesca que van desembarcando en enormes canastas y que pare  un hervidero de plata al reflejar la luz . Casi tocando en tierra y esparcidos en diferentes direcciones se ve un gran número de sardinales, palangreros( para la pesca de la merluza  y botes, todos con faroles de colores que semejan una iluminación veneciana. Y como a doscientos metros de ese sitio se ve la pesca de arrastre, cuyas cuerdas llegan desde fuera del puerto hasta las casas de la colonia lorquina.

            Hasta aquí transcribimos lo que nos interesa . Hacemos caso omiso de la estampa descrita por el periodista de una mujer enloquecida que dio un escándalo en la iglesia de san José y que fue llevada a su casa por un guardia municipal. Algunas “beatas”  creyeron que dicha mujer era una santa. Y más tarde se comprobó que todo  fue  una impostura.