¿Qué es el espiritismo? Primera Parte

El 1 de noviembre el calendario cristiano fija la festividad de Todos los Santos. Así empieza el mes de noviembre que hoy ya se nota el aire fresco del norte después de unas jornadas de calor con un fuerte sol que más bien ha sido de verano que del suave clima otoñal.

El sábado está dedicado a conmemorar a todos los fieles difuntos, Y es bueno que en estas páginas sean dedicadas a la relación que existe entre los finados y el tema del espiritismo.

Dicho esto podemos preguntarnos: ¿Qué es el espiritismo? Podemos  contestar que es una creencia que practica la invocación al  espíritu de los muertos. Es una doctrina que se pierde en la aurora de los tiempos. No es propiamente una religión, aunque algunos así lo consideran.

El origen del espiritismo no tiene fecha ni lugar, pues todas las civilizaciones, culturas y razas lo han practicado. El cristianismo intentó acabar con las prácticas espiritistas una vez que Constantino en el siglo IV  le dio libertad a sus comunidades. Pero siempre quedó un rescoldo de  intentar comunicarse con los espíritus de los muertos.

Hay que considerar que ya los judíos en sus libros prohibe la invocación de los espíritus por venir de los antiguos pueblos caldeos. Consideraban, y así lo afirma el dogma cristiano, que estas prácticas es algo dañino tanto a las almas  de los difuntos  invocadas de los médium, como es nocivo para aquellos que intentan comunicarse con los espíritu descarnados de los finados. Además hay que poner en guardia a esos falsos mediums que embaucan a la gente  con sus mensajes provenientes del más allá, con afán de notoriedad o de provecho económico. Los mismos honrados espiritistas abominan de estos embaucadores  que tanto les perjudica en su honorabilidad como personas dignas de crédito.

Por otra parte hay que considerar que el mundo de los espíritus es una idea común entre postulados de las religiones monoteístas, como el Judaísmo, el Cristianismo y el Islamismo. Lo que rechazan y no admiten son las prácticas de invocar a las almas espirituales de aquellos que han partido de este mundo y están ya en otra dimensión vital. Normalmente el efecto de estas invocaciones les hacen mal a la conciencia espiritual del difunto. Es obvio que le impulsa a unirse a sus seres queridos que han dejado en esta orilla de la vida terrena. Representa para la entidad espiritual del difunto una especie de tormento porque  a veces tienen conciencia  de no pertenecer ya a las realidades temporales que han dejado por la muerte física y que no pueden volver a ellas.

Referente al dogma católico del Purgatorio, creencia que no comparten las denominaciones de la Reforma protestante, hay que señalar que las almas en ese estado de purgación no se encuentran entre llamas y tormentos que aparecen los cuadros desde la Edad Media, sino que el Purgatorio es un estado del alma que todavía no ha llegado a la esplendente luz de la Gloria del Padre y Señor del Universo, físico y espiritual. Por lo tanto el alma se encuentra en un nivel inferior mental que debe progresar hasta llegar a la meta de la Majestad divina. En este caminar más allá de la muerte física hay un progreso, una purificación  de todo el barniz animal y carnal que el difunto se ha llevado de su vida efímera en su estado físico. Por lo tanto rechazamos toda idea de la reencarnación que da como razón de ser la purificación del alma reencarnada, que de nuevo nace en este mundo para purificarse de su anterior vida que tuvo mucho que desear. No hace falta; ya en ese estado intermedio donde se encuentra el alma mental  del difunto tiene la facultad y la gracia divina de purificar sus anomalías y hacer progresos en un nivel espiritual. Resumiendo podemos decir que el Purgatorio es  el estado del alma espiritual que todavía no goza del Amor y la luz maravillosa del Dios Eterno. Entonces se da cuenta que ya no pertenece al mundo de los vivientes en esta dimensión, y con la ayuda de seres de luz y de los sufragios de esta orilla del mundo, va avanzando hacia la Meta de donde es el fin o motivo por el cual fuimos creados. Y este fin es la glorificación permanente del nombre Santísimo de Dios. Ya el ser humano se ha deificado, se ha transformado en un  ser angélico libre de toda atadura de su yo inferior o terreno.

Admitimos con cierta reserva la aparición de los difuntos en su cuerpo etéreo o astral así llamado por los teósofos. Se trata de la Teosofía una doctrina que estudia el mundo espiritual más allá de la muerte, creyendo que el ser humano no es solo su talla corporal, sino que lleva la imagen de Dios invisible en lo más intimo de su personalidad. Creencia que es común a las tres grandes religiones de la Humanidad. Razón por la cual la Teosofía respeta y venera en cierto sentido a estas manifestaciones religiosas. Pero tiene un componente muy pronunciado en los principios budistas de la reencarnación y de otros sistemas religiosos orientales como el Induísmo.

En el fondo la Teosofía admite la existencia de muchos dioses todos vinculados  al gran Espíritu Universal que para nosotros es Dios. Esos dioses pueden estar relacionados con nuestra creencia de los ángeles o espíritus buenos que en el Corán los llama “los jines buenos”. El teósofo cree que para relacionarnos con esos espíritus elevados tenemos que tener una vida libre de toda atadura inmoral y de pensamientos nobles y conducta conforme al bien natural de la propia vida. Entre ellos se creen ser miembros de la Hermandad Universal de la Humanidad.

En el terreno científico estas manifestaciones espiritistas son consideradas más bien como para normales. Son fenómenos que a veces se escapan a todo aquello que conocemos como “normal”. En la sociedad existen especialistas en este campo del saber del hombre  mientras que los puros materialistas afirman que todo esto es una pura superchería y lo rechazan con cierto desdén Claro que niegan la condición espiritual del ser humano. Y consideran a las religiones como fuente de conflictos entre los creyentes. Miran las páginas de la historia y comprueban estos enfrentamientos a veces sangrientos. Todo lo contrario a lo que debe de ser  el sistema religioso que ha de ser vínculo de armonía de paz y fraternidad entre los distintos pueblos del planeta. Así lo han manifestado los dos últimos papas  Juan Pablo II y Benedicto XVI.

En el siguiente capítulo dentro del “mirando al pasado” vamos a entrar de lleno en el Espiritismo en nuestra historia local.